METTLER TOLEDO ofrece diversas soluciones de prueba para garantizar la calidad y la eficiencia en el procesamiento de productos lácteos:
- Básculas y sistemas de pesaje industrial:
Los módulos de pesaje se integran a la perfección en el equipo para un control continuo del peso durante tareas como la recepción de leche o el llenado de contenedores. Su diseño higiénico facilita la limpieza. Las plataformas de básculas higiénicas ofrecen una superficie lisa y sin grietas para facilitar la limpieza y desinfección cuando se trabaja con ingredientes o lotes pequeños.
Por último, las básculas de suelo de acero inoxidable están diseñadas para resistir los agresivos productos químicos de limpieza y vienen en varios tamaños para diversas necesidades de pesaje, desde ingredientes a granel hasta productos paletizados. Para todas estas soluciones, los indicadores de báscula higiénicos con carcasa de acero inoxidable proporcionan lecturas de peso claras en entornos hostiles.
- Equipo de inspección de productos:
Las controladoras de peso garantizan un peso preciso al tiempo que mantienen los estándares de higiene, mientras que nuestros detectores de metales identifican y rechazan los productos contaminados con metal. Los sistemas de rayos X van un paso más allá, detectando no solo metal, sino también vidrio, hueso e incluso productos faltantes o rotos. Por último, los sistemas de inspección visual garantizan el etiquetado y la colocación adecuados de los tapones, lo que minimiza el riesgo de retiradas del mercado.
Los valoradores miden aspectos cruciales como la acidez, el contenido de grasa y el contenido de agua. Para un control preciso del pH, los medidores de pH emparejados con electrodos y sensores son ideales, y los espectrofotómetros analizan proteínas, vitaminas e incluso la contaminación. Por último, los densímetros y refractómetros garantizan un control constante de los sólidos y el dulzor de la leche.
El sensor de pH en línea InPro X1 proporciona monitoreo en tiempo real, lo cual es crucial para una calidad constante del producto. Su construcción segura para los alimentos y su resistencia a la CIP garantizan que prospere en el exigente entorno de una instalación láctea. Al mantener un ojo vigilante en los niveles de pH, el sensor permite a los fabricantes optimizar la producción, prevenir problemas y garantizar la seguridad alimentaria.