La Cristalización continua es un tipo específico de procesamiento continuo que implica la adición continua de solutos y disolventes a un cristalizador, mientras se elimina simultáneamente el producto cristalino. El menor tamaño del cristalizador, junto con la maximización de las propiedades de transferencia de calor, facilita una mayor concentración de solutos y una mejor mezcla, lo que resulta en un proceso más eficiente y eficaz. La cristalización continua ofrece una alternativa más segura a las reacciones por lotes, permitiendo condiciones de reacción que antes se consideraban inseguras. Esta tecnología no sólo proporciona una mayor seguridad, sino que también produce un producto de mayor calidad, con menos impurezas y un tiempo de ciclo de reacción más rápido. Las industrias farmacéutica y de química fina adoptan cada vez más la tecnología de flujo continuo debido a su mayor seguridad inherente, la mejora de la calidad del producto, la rentabilidad y la flexibilidad general de la producción.