Un sensor de conductividad mide la capacidad de una solución para conducir una corriente eléctrica. Es la presencia de iones en una solución lo que permite que ésta sea conductora: cuanto mayor sea la concentración de iones, mayor será la conductividad. METTLER TOLEDO ofrece una amplia cartera de sensores de pH para diversas industrias, como la farmacéutica, la química, la de semiconductores o la de control de agua pura. Tanto si necesita un sensor de conductividad en el laboratorio como para uso en línea, disponemos de sensores adecuados que cumplen todos los requisitos de su aplicación.
Un sensor de conductividad es una herramienta para medir la conductividad eléctrica de una solución electrolítica y se basa en la capacidad del material para conducir una corriente eléctrica. Se utiliza para medir la conductividad en aplicaciones de proceso, laboratorio o campo.
Los electrolitos de la muestra se disuelven para dar iones que conducen la electricidad. Cuanto mayor sea la concentración de iones, mayor será la conductividad. La célula de medición del sensor de conductividad consta de al menos dos polos conductores de electricidad con carga opuesta para medir la conductancia de una muestra.
Si se desconoce la constante exacta de la célula, debe realizarse una calibración. Si se conoce la constante exacta de la célula, basta con la verificación. Este es el caso de los sensores con una constante celular certificada o de los sensores que se han calibrado previamente.
La conductividad depende en gran medida de la temperatura. A medida que aumenta la temperatura de una muestra, disminuye su viscosidad, lo que provoca un aumento de la movilidad de los iones. Por lo tanto, la conductividad observada de la muestra también aumenta aunque las concentraciones de iones permanezcan constantes.
En las buenas prácticas, cada resultado del sensor de conductividad debe especificarse con una temperatura o compensarse con la temperatura, normalmente a la norma industrial de 25 °C.
Hay varias formas de compensar la temperatura.
La conductividad en una solución acuosa se ve muy afectada por la temperatura (~2 %/°C). Por ello, es habitual vincular cada medición a una temperatura de referencia. 20 °C o 25 °C son las temperaturas de referencia utilizadas habitualmente en el caso de la medición de la conductividad.
Se han desarrollado diferentes métodos de corrección de la temperatura para adaptarse a los distintos usuarios:
El impacto de la temperatura en los distintos iones, e incluso en las distintas concentraciones del mismo ion, puede suponer un reto. Por ello, debe determinarse un factor de compensación, denominado coeficiente de temperatura (α), para cada tipo de muestra. (Lo mismo ocurre con los patrones de calibración. Todos los medidores de METTLER TOLEDO pueden tener en cuenta automáticamente esta compensación mediante tablas de temperatura preestablecidas).
Sí, es posible. Por ejemplo, las sustancias orgánicas también tienen propiedades disociativas, lo que permite medir la conductividad de las soluciones de compuestos orgánicos. Los compuestos orgánicos como el benceno, los alcoholes y los derivados del petróleo suelen tener una conductividad muy baja.