Los entornos, las propiedades y los estados físicos del agua pueden variar drásticamente de una muestra a otra. La temperatura, la presión y la unión pueden cambiar el estado físico del agua dentro de una muestra, lo que aumenta la complejidad de cada análisis y abre la puerta a resultados confusos si los datos se analizan incorrectamente. Por ejemplo, los hidratos de carbono pueden descomponerse a temperaturas tan bajas como 50°C, momento en el que sufren una reacción química que libera agua y se añade al contenido total de agua medido. Sin embargo, esta "agua añadida" no debe considerarse como el contenido de agua del producto alimentario.
Las normas internacionales y nacionales definen el umbral permitido de contenido humedad/agua para los productos comercializados. Reguladores y normas como la BRC (British Retail Consortium), IFS (International Featured Standards), GFSI (Global Food Safety Initiative), ISO (International Organization for Standardization) y AOAC (Association of Official Agricultural Chemists) están incrementando las regulaciones sobre la producción, procesamiento y venta de alimentos. Esto aumenta el trabajo necesario para la garantía y el control de la calidad y exige soluciones más modernas y eficaces.
Muchos productores de alimentos tienen estrictos criterios de precisión de las mediciones, fiabilidad y trazabilidad para garantizar la calidad del producto. Estos PNT (Procedimientos Normalizados de Trabajo) describen los procesos de preparación de muestra y medición, incluyendo el volumen de muestra, el número de mediciones requeridas, la desviación máxima tolerable y los procedimientos cuando los científicos encuentran errores.