Un embalamiento térmico o explosión térmica puede ser la consecuencia de un proceso adiabático de una reacción o serie de reacciones. Se produce cuando el calor producido por una reacción exotérmica se acumula y provoca un aumento de la temperatura de la mezcla de reacción. Posteriormente, aumenta la velocidad de reacción, lo que hace que aumente la velocidad de generación de calor.
El aumento de la temperatura puede desencadenar reacciones secundarias, como la descomposición de la masa de reacción, los productos intermedios o el producto final, de forma que produce un embalamiento térmico. Al llevar a cabo los estudios del proceso adecuados en el laboratorio, es posible detectar y evitar las condiciones que producen un embalamiento térmico antes del escalado del proceso.
Resulta muy importante estudiar tanto las reacciones deseadas como las potencialmente no deseadas. Aunque las reacciones no deseadas se investigan con calorímetros adiabáticos, frascos de Dewar o DSC, la reacción deseada se suele estudiar con un calorímetro de reacción.
El calorímetro de reacción sirve para determinar factores clave como el calor de reacción, la acumulación, el aumento de la temperatura adiabática y la MTSR para entender la consecuencia de un fallo de refrigeración. De hecho, sirve para determinar si la reacción de síntesis deseada podría hacer desestabilizar el proceso y producir una reacción secundaria.
En la mayoría de los casos, la reacción secundaria libera más energía y con mayor rapidez que la reacción deseada, mientras la instalación de la producción no puede eliminar dicha energía de forma segura. Por ello, es necesario diseñar la reacción para que no se produzcan condiciones potencialmente peligrosas, o para definir mediciones adecuadas con las que garantizar que el proceso permanece bajo control de forma segura en todo momento.