Una explosión es un rápido aumento del volumen y la liberación de energía de una manera extrema, normalmente la generación de temperaturas altas y la liberación de gases. Las explosiones en las plantas químicas deben evitarse a toda costa. Existen dos causas principales de explosiones durante un proceso químico:
- El material es energéticamente inestable y tiene propiedades explosivas. Un exhaustivo estudio sobre la seguridad del proceso identificará si los materiales son sensibles a los golpes, la fricción, el calor, etc., y si pueden dictar procedimientos especiales para un uso seguro.
- El proceso podría conllevar la generación de gas o calor sin control (lo que provocaría la liberación de vapor inflamable) o una sobrepresurización del reactor (que llevaría a una ruptura y a la pérdida de contenido), que puede resultar inflamable.
Con el fin de evitar el riesgo de generación de calor sin control, es imprescindible que se estudie el proceso mediante un calorímetro de reactor para determinar el calor de reacción (entalpía) y la velocidad de liberación, para así poder diseñar un proceso que minimice el riesgo de pérdida de control.