La fotolitografía suele utilizar productos químicos fotorresistentes, soluciones de revelador (como TMAH), revestimientos antirreflectantes y disolventes procedentes de proveedores externos. La calidad de sus disolventes, como el alcohol isopropílico o la acetona, suele ser trivial y no tendrá un gran impacto en su proceso. Sin embargo, los productos químicos fotorresistentes determinarán la calidad de su proceso de fotolitografía.
La fabricación fotorresistente es una tarea compleja que combina una formulación química de alta precisión, un estricto control de calidad y una fina artesanía. La ejecución precisa de cada paso es crucial.
Garantizar el peso exacto de los fotorresistentes en cada contenedor durante el proceso de llenado es esencial y repercute no solo en la consistencia de la calidad del producto, sino también en la eficiencia económica y la reputación de la empresa en el mercado.
En este proceso crítico, la tecnología de pesaje industrial se convierte en la piedra angular de la calidad fotorresistente, especialmente en la medición precisa de las materias primas, el control preciso de los ingredientes, el llenado preciso y la inspección de calidad final de los productos.
Los productos químicos en bruto deficientes darán lugar a recubrimientos desiguales y litografía no acelerada. La estabilidad química y la sensibilidad de los materiales fotorresistentes suelen estar vinculadas al pH de la solución, que se puede medir de forma eficiente con los medidores y sensores de pH de METTLER TOLEDO.