Para medir el pH del vino con exactitud, elegir el sensor adecuado para la medición resulta esencial. La selección de sensores se ve influenciada por las características de la muestra, como la homogeneidad, la presencia de partículas y el valor del pH esperado. La presencia de partículas en la muestra, por ejemplo, define si un sensor con una unión cerámica o de vidrio resulta adecuado. En el caso del vino, la unión cerámica no es ideal, ya que puede obstruirse fácilmente y su limpieza resulta complicada. Por lo tanto, recomendamos el uso de una unión de vidrio.
El sensor InLab® Max Pro-ISM de METTLER TOLEDO es perfecto para las mediciones precisas y exactas del pH del vino. El sensor cuenta con una unión de manguito de vidrio que asegura un flujo de salida estable del electrolito y evita que los contaminantes se introduzcan y obstruyan la unión, lo que hace que la limpieza sea automática y que requiera poco mantenimiento.
Esta es solamente una de las ventajas que ofrece este sensor especializado en la medición del pH del vino. Para obtener más información acerca de las ventajas de usar este sensor, lea esta nota de aplicación.
A continuación, exploramos los retos que pueden surgir cuando se mide el pH de las muestras de vino y proporcionamos información valiosa acerca de por qué el pH del vino se mide y la importancia de su medición.
¿La alteración del sensor está provocando respuestas ralentizadas en la medición del pH del vino?
Vea este vídeo y aprenda cómo nuestros sensores de pH ayudan a superar estos retos.
¿Por qué se mide el pH del vino?
La medición del pH del vino durante la fermentación es la clave para mantener sus característicos atributos, como su cuerpo y su aroma. Por ello, el pH se debe controlar con cuidado durante la producción del vino para obtener resultados fiables y exactos que son esenciales para el resultado.
La importancia de las mediciones de pH
El control del pH ayuda a determinar la madurez de las uvas, así como la estabilidad del color tanto del mosto como del vino y sus perfiles químicos y microbianos.
El mantenimiento de un pH adecuado también evita el desperdicio gracias al impedimento del crecimiento de los microbios no deseados, lo que aumenta la eficacia del dióxido de azufre como conservante y aumenta la eficacia de la conversión de la levadura de ácido málico a ácido láctico. La estabilidad de los componentes proteínicos y los atributos sensoriales depende también de los valores de pH.
¿Qué es el pH del vino?
Los vinicultores suelen intentar producir un vino con un pH entre 3,0 y 4,0, así como con una calidad y na homogeneidad que dependen de lograr ese valor predenifido. Normalmente, se desea conseguir un valor de pH de entre 3,0 y 3,5 para vinos blancos, mientras que en el caso de los vinos tintos se busca un pH de entre 3,3 y 3,8. Los valores de pH habituales de las diferentes variedades de vino son:
Muestra | Valor del pH medio | Tipo |
---|---|---|
Chardonnay | 3,3 | Vino blanco |
Riesling | 3,3 | Vino blanco |
Chenin Blanc | 3,5 | Vino blanco |
Merlot | 3,6 | Vino tinto |
Cabernet-Shiraz | 3,8 | Vino tinto |
Nuestra nota de aplicación sobre medición del pH del vino le proporciona trucos y consejos acerca del mejor método de medición del valor de pH y le proporciona más información acerca de las ventajas de usar un sensor especializado en la medición del pH del vino.