Especialmente, cuando se trate de materiales sensibles, la verificación del proceso es un paso crítico para asegurar una calidad uniforme. De hecho, la validación de los procesos es un requisito jurídicamente exigible en los EE. UU. y la UE, así como en otros muchos países donde se fabriquen productos farmacéuticos.
Estas directrices pueden dividirse en tres fases:
- Diseño del proceso: identificación de los parámetros y atributos esenciales
- Cualificación del proceso: evaluación del diseño del proceso para confirmar la reproducibilidad y la calidad uniforme.
- Verificación continua del proceso: se lleva a cabo durante la producción diaria para obtener la garantía de que este permanece bajo control