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Los sensores convencionales luchan con la presencia de partículas, lo que provoca uniones obstruidas y resultados poco fiables. Los zumos de frutas contienen partículas en suspensión que pueden obstruir la unión cerámica de los sensores de pH tradicionales. Este bloqueo dificulta el flujo de electrolitos, comprometiendo la interacción del sensor con la muestra y causando fluctuaciones en las lecturas. La limpieza regular puede ayudar, pero el uso continuo aún puede provocar incrustaciones en el sensor. La nota enumera todos estos desafíos y presenta una solución para lograr una medición precisa del pH del zumo de fruta.
Un sensor especializado como el InLab Max Pro ISM de METTLER TOLEDO está especialmente diseñado para superar los desafíos de la medición del pH de los zumos de frutas. Con una unión de diafragma de vidrio inamovil, este sensor garantiza un flujo constante de electrolito, incluso en suspensiones de zumo densas, lo que garantiza mediciones de pH confiables. El sensor también tiene una unión que evita la entrada de muestras en el sistema de referencia, minimizando el bloqueo de la unión y permitiendo una fácil limpieza del sensor.
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Las siguientes secciones destacan datos adicionales sobre el zumo de fruta y la importancia de monitorizar el pH del zumo
¿Por qué es importante medir el pH del zumo de frutas?
Entre los diversos factores intrínsecos que afectan la vida útil y la tasa de deterioro del zumo, el pH y la actividad del agua son los más influyentes. Las variaciones del pH pueden influir en el sabor, la consistencia y la vida útil. Los zumos de frutas suelen tener valores de pH bajos que oscilan entre 2,0 y 4,5 debido a la presencia de ácidos orgánicos que varían dentro de los diferentes tipos de zumos. Para mantener la consistencia en la calidad del zumo, es importante monitorizar el pH.
¿Cómo se conservan los zumos de frutas y qué papel juega el pH en la conservación?
Uno de los métodos para la conservación y procesamiento de zumos de frutas es la pasteurización. Se prefiere la pasteurización a alta temperatura y corto tiempo (HTST) para las bebidas perecederas, ya que evita el crecimiento microbiano y mantiene la frescura, el color y el mejor sabor. El pH también juega un papel importante en la gestión de los parámetros de estas técnicas de conservación.
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