En muchos mercados de todo el mundo, los consumidores buscan comidas y bebidas que no solo aporten sabor y calorías, sino que también tengan beneficios específicos para la salud. Este segmento de industria dinámico tiene un valor estimado de más de 500 000 millones de $ USD en todo el mundo, de los cuales, 247 000 millones de $ USD proceden de alimentos enriquecidos o “funcionales”. Como se espera que la trayectoria de esta categoría siga creciendo al alza, las empresas que identifican nuevas tendencias empiezan pronto a sacarles partido.
Sin embargo, a pesar de la creciente popularidad en los consumidores, los alimentos funcionales suponen un desafío para los fabricantes de alimentos. Como se promociona que los alimentos o los ingredientes individuales de las comidas tienen beneficios para la salud, el esfuerzo de definir su impacto potencial o determinar de forma adecuada los efectos que pueden tener a menudo exige llevar a cabo una serie de procesos de laboratorio que pueden ser más adecuados para analizar productos farmacéuticos que alimentos.
Lo bueno es que los fabricantes de alimentos pueden confiar en una amplia gama de soluciones que pueden ayudarles a conseguir sus objetivos, desde la preparación de muestras hasta la caracterización de los componentes y mucho más.