La medición de la densidad de una muestra es un parámetro de calidad importante tanto de las materias primas como de los productos acabados. Existen varias técnicas que permiten una determinación exacta de la densidad de materiales sólidos, líquidos y viscosos, por ejemplo, metales, plásticos, productos químicos, lubricantes y alimentos.
Densidad para el control de calidad
Una variación en la materia prima, indicada por un cambio en la densidad, podría tener un resultado perjudicial para el funcionamiento o la calidad del producto final. La medición de la densidad de materias primas puede usarse para confirmar la pureza del material. Si se ha adulterado una sustancia con una alternativa más barata, la densidad medida del material compuesto será diferente de la de la sustancia pura.
La densidad también puede servir para asegurar la homogeneidad. Si una pieza fabricada no es homogénea, podría verse afectados atributos de rendimiento clave como la fuerza y la resistencia al agrietamiento. Por ejemplo, incluso una burbuja de aire interna puede provocar, en última instancia, que una pieza falle al someterla a presión. El muestreo aleatorio de las piezas es una forma sencilla y rentable de controlar la calidad continua.
Por qué es fundamental un pesaje exacto
Los procedimientos gravimétricos de laboratorio habituales para la determinación de la densidad son la técnica de empuje de Arquímedes, el principio del desplazamiento y el método picnómetro.
El método más ampliamente usado es el de la técnica de empuje que usa el principio de Arquímedes, el cual afirma que: un cuerpo sumergido en un fluido manifiesta una pérdida de peso aparente igual al peso del fluido que desplaza. Este antiguo principio, que data del año 200 a. C. aproximadamente, es el que, precisamente, se usa hoy en día para determinar la densidad de forma gravimétrica. Por tanto, una medición exacta de la densidad depende en gran medida de la exactitud de los valores de peso.