El hecho de escalar un proceso químico desde el laboratorio a la fase de fabricación solo ofrece resultados útiles con coeficientes precisos de transferencia de calor. Si las resistencias térmicas y las velocidades de reacción son solo valores aproximados, deben aplicarse unos márgenes de seguridad amplios, por lo que hay que realizar inversiones más grandes o aplicar tiempos de lotes más largos, lo que reduce la productividad del proceso. En los reactores con depósitos agitados, el mecanismo de transferencia del calor es la convección forzada, lo que es de particular interés a la hora de escalar un proceso del laboratorio a la planta. El coeficiente de transferencia de calor general del reactor está formado por tres resistencias parciales (película del reactor, pared del reactor y película de aceite), que están determinadas por los calorímetros de reacción. La medición de la temperatura del reactor y el enchaquetado durante la liberación de una cantidad de calor bien definida permite a los investigadores calcular con precisión la resistencia térmica que se usa para modelar la transferencia térmica y realizar predicciones críticas para los reactores a mayor escala.