El control de flujo lidia con un enfoque rentable para producir y transportar fluidos desde el depósito hasta las instalaciones de procesamiento. Durante la producción y el transporte de petróleo crudo, el conocimiento de las propiedades del fluido y las condiciones operativas son fundamentales para evitar la formación y deposición de sustancias sólidas no deseadas (por ejemplo, hidratos, ceras, asfaltenos y costras). En casos de temperaturas y presiones extremas, es posible que los hidratos de gas metano se cristalicen o que los asfaltenos se precipiten en el oleoducto. Si no se controlan adecuadamente, los cristales de hidratos, el asfalteno o las partículas de cera pueden precipitarse y aglomerarse hasta el punto de atascar el oleoducto. La eliminación de un tapón de hidrato o asfalteno en un oleoducto submarino puede resultar muy costosa y peligrosa.
Cada vez son más los retos que presenta el control de flujo debido a la transición de reservas petroleras convencionales a campos petroleros maduros. A medida que maduran los campos petrolíferos, aumenta la fracción en agua. En algunos casos, los operarios inyectan agua en los campos petrolíferos maduros para mejorar la extracción de petróleo. Las emulsiones de agua en petróleo crudo complican aún más las estrategias de control de flujo. La presencia de agua por formación o inyección, junto con carbonato cálcico, puede provocar el escalado bajo unas condiciones determinadas. El escalado de carbonato cálcico puede bloquear el oleoducto y seguir ensuciando el equipo de producción, de modo que los campos petrolíferos maduros pierden rentabilidad. La mayoría de los inhibidores antiaglomerantes de hidratos en el mercado pierden eficacia a medida que aumenta el corte de agua. Finalmente, se debe romper la emulsión para separar el petróleo y el agua. Romper la emulsión con métodos físicos o químicos puede resultar muy costoso, sobre todo en el caso de emulsiones de petróleos pesados que contienen sustancias sólidas estabilizadoras, como asfaltenos.
Por ello, es fundamental estudiar y desarrollar estrategias rentables de control de flujo para controlar sustancias sólidas y emulsiones para minimizar riesgos económicos durante la vida de un campo petrolífero.